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Era mediados de marzo de 2020 y todo lo planificado por el equipo del museo había quedado insubsistente, y seguro esto mismo ocurrió en otros espacios. Sobrevino una pandemia que trastocaría al mundo entero, incluido nuestro mundo, el Museo de Historia Natural “Gustavo Orcés V.” de la Escuela Politécnica Nacional (MHNGOV). Si, este, de nosotros, en torno al cual gira la mayor parte de nuestro tiempo, de nuestra vida, sea que estemos dentro o fuera de él. Así que, perder todo lo que habíamos conseguido con el museo y para el museo en los últimos años no era una opción. De manera que nos dijimos “manos a la obra”, pero ¿por dónde empezamos, ¿qué hacemos?, si ya no estamos en la zona de confort alcanzada con el público presencial. Lo primero fue conseguir un recorrido virtual 360, pero, no lo conseguimos, inclusive hasta el momento seguimos intentando que el museo cuente con esas facilidades para el público y para su difusión. Otra fue reforzar la cuenta de Facebook subiendo más material divulgativo con el mensaje de la conservación de la biodiversidad. Adicionalmente, nos sugirieron abrir una cuenta en otra red social, Instagram, que al parecer estaba tomando fuerza y sería otro medio para llegar con nuestro mensaje, y también crear nuestro canal YouTube.

¿Y dónde estaba el material para subir a las redes sociales y YouTube? La suerte nos acompañó; en ese entonces contábamos, como parte del equipo, con un ser humano generoso que nos proporcionó una herramienta que hasta el momento la seguimos utilizando y nos ha facilitado el  suministro de ese material para las redes sociales. Nos propusimos subir cada semana videos y cada uno de nosotros se empeñó en hacerlos. ¡Parece fácil! Pero, no lo fue y no lo es. Nos organizamos de tal manera que la experticia de uno era el apoyo del otro y fuimos produciendo todo el material divulgativo que lleva siempre el mensaje de nuestro museo “educar para la conservación de la biodiversidad”. Sin embargo, la demanda de insumos era insuficiente, lo que teníamos no bastaba para producir tanto material divulgativo. Nuevamente la fortuna se puso de nuestro lado. Las habilidades y el conocimiento fotográfico de unos de los biólogos del Departamento ha sido un pilar para desarrollar lo audiovisual y si no fuera suficiente nos proveyó de imágenes en alta resolución de fauna, de flora, de naturaleza, de paisajes que han sido parte de los insumos con los cuales hemos hecho infografías, videos, portadas, etc. Además, se sumaron otros biólogos compañeros que fueron aportando con fotografías de la fauna de su especialidad.  Así tuvimos imágenes preciosas de aves, de invertebrados, de anfibios y fósiles. Aunque no lo crean, también los amigos y familiares nos proporcionaron fotografías sin pedirnos nada a cambio. Contar con todos estos insumos que pasaron a ser propiedad del museo nos facilitó el trabajo enormemente

La divulgación a través del material que producíamos, tan solo era y es una parte de todo lo que incluye el quehacer museístico. Otra parte es la atención a los visitantes, los cuales en ese tiempo de pandemia estaban recluidos en sus casas recibiendo clases a distancia; unos a través de la radio, otros por mensajes en el celular, y otros con mejores herramientas. ¿Cómo acceder a ellos? Nuestro museo es parte de la universidad, la Escuela Politécnica Nacional, que debió preocuparse para que la docencia no pare. Para ello proveyó de plataformas virtuales y abrimos cuentas para el museo en dos de las plataformas y aprovechamos de ellas para llegar a nuestro público que, por cierto, principalmente son estudiantes. Un reto fue la familiarización del funcionamiento de estas plataformas y en un principio las equivocaciones estaban a la orden del día, pero lo logramos finalmente. Ahora a invitar al público….

El primer paso fue indagar, a través de una encuesta, sobre el interés y facilidades de los decentes en hacer visitas virtuales con sus estudiantes para conocer sobre la evolución de la vida, la fauna prehistórica del Ecuador, los ecosistemas y su dinámica; temas que se recrean en el museo. La encuesta la enviamos a través del correo electrónico a las instituciones educativas, pues contábamos con un listado desde el 2012. La respuesta fue positiva, el cien por ciento tenía el interés en visitar el museo de esta manera virtual y conocer de todos los temas. El siguiente paso fue armar el guion para los diferentes niveles y preparar todo el material; por su puesto acogimos las respuestas de los docentes en lo que a temas se refiere. Finalmente, planeamos el recorrido: una transmisión en vivo desde la sala denominada del pasado y  en la del presente lo haríamos con material digital que nos había provisto nuestro compañero del Departamento.

La propuesta de visitas virtuales la consideramos como una variante de nuestro proyecto emblemático “El Museo visita el aula” de manera que la nombramos “El museo va a la Costa y Galápagos”, fue llamada así, porque para entonces el régimen escolar Sierra ya terminaba el año lectivo y en la Costa lo empezaban. Esta propuesta pasó a ser un proyecto que lo postulamos para el premio Ibermuseos de Educación 2020. Un premio que estaba dedicado a propuestas inéditas y virtuales. Nuestro proyecto cumplía con los requisitos para ser sometido y lo enviamos. Fue uno de los 20 premiados y uno de los tres ecuatorianos, entre más de 200 propuestas de países iberoamericanos que se postularon. Un logro que nos ha llenado de orgullo y más que nada, este premio es el reconocimiento al trabajo duro, honesto y en equipo. “El museo va a la Costa y Galápagos” cumplió su cometido, hacer recorridos virtuales para las instituciones educativas de régimen costa. Tuvimos de Esmeraldas, Los Ríos, Azuay, El Oro, Guayas, Loja, Manabí, Santa Elena y Santo Domingo de los Tsáchilas. Llegamos a escuelitas rurales y urbanas y pudimos palpar la brecha existente entre ellas para acceder a los dispositivos y tecnologías necesarios para hacer estas visitas virtuales. Pero, también pudimos ver cómo los docentes se daban modos para que sus niños y niñas sean parte de esta propuesta, y conozcan y recreen los conocimientos que ellos imparten en clase.

Otra actividad del museo y que la tenemos desde el 2013, constituyen los talleres vacacionales. Y no los dejamos de lado en estos dos años de pandemia. Los realizamos de manera virtual, aunque el número de participantes fue menor, en comparación con los presenciales de los años anteriores. Es comprensible que haya sido de esta manera; cómo pedir a los niños y niñas que asistan, luego de que ya pasaron mucho tiempo detrás de una pantalla. Sin embargo, constituyó un esfuerzo de nuestra parte para que los talleres sean dinámicos y que los pequeños se sientan bien y se lleven un mensaje claro luego de cada día de cierre. En estos vacacionales ellos nos ayudaron a mejorar en el uso de la plataforma zoom. Fuimos corregidos y auxiliados por ellos. Al parecer,  no les resultaba difícil el manejo de esta herramienta. Mientras que para nosotros los adultos no fue tan rápido asimilar estos nuevos conocimientos.

Por otro lado, el proyecto “El Museo visita el aula” que lo habíamos empezado en el 2015 y que fue pensado para aquellas escuelas que no podían llegar presencialmente al museo, tuvo que suspenderse en marzo de 2020 por la pandemia. A pesar de que ya teníamos todo el cronograma de visitas y el listado de escuelas que habían aceptado ser parte de este proyecto que tiene la finalidad de ser un apoyo pedagógico para el docente, incentivar en los niños y niñas de educación básica el cuidado del ambiente y plantar la semilla de la ciencia entre los escolares. Pensarán ustedes que a estas alturas va siendo hora de retomar este proyecto, la pandemia aparentemente ha finalizado y las escuelas se han abierto. Pues sí, al momento contamos con el borrador de la propuesta, con los temas y actividades que llevaremos a las escuelas. Pero, la pondremos a consideración de las instituciones educativas, a las cuales invitaremos a que se unan a este proyecto que lleva un poco más de cinco años. Trataremos de inscribirlo como un proyecto de vinculación con la sociedad, para ello es indispensable incluir docentes y estudiantes, y esto constituye otro trabajo.

Adicionalmente, como parte del Sistema de Museos Quito (SMQ), llevamos a cabo actividades que no han parado pese a la pandemia. Gracias a la coordinación del SMQ hemos podido continuar con proyectos como “Descubre la Amazonía en Quito” y lo hemos hecho virtualmente. Fue la oportunidad para salir de las fronteras del Distrito Metropolitano de Quito y para juntarnos con nuevos espacios culturales. El proyecto tuvo acogida en las diferentes provincias del país, pudimos realizar las rutas amazónicas y el componente académico. Además, no se dejó de lado la celebración del Día Internacional de los Museos, tanto en el 2020 como en el 2021. Nos unimos y trabajamos en conjunto, proponiendo ferias y rutas virtuales. Sumado a estas actividades está Agosto, el mes de la Cultura Nacional que no debía pasar sin que realicemos la ya tradicional gymnkana de la cultura, de manera que también hicimos las propuestas que tuvieron gran acogida. Realmente trabajar con los museos del SMQ ha sido y es muy enriquecedor y gratificante.

El fin de la pandemia nos trae el retorno a la presencialidad y con ello poner en escena nuevas exposiciones, nuevos proyectos, arreglos dejados de lado, los cuales implican recursos y de aquellos que, por la crisis económica que aqueja al país y al mundo entero, han disminuido. Estas carencias las tendremos que ir enfrentando y salvando cada día porque lo que sí sabemos es ser resilientes ante los cambios. Así que, seguiremos adelante y lo que hemos incorporado en estos dos años de pandemia no lo vamos a dejar de lado. Ni pensar en parar la oferta de los recorridos virtuales, debido a que con ellos llegamos a un público que difícilmente accedería a nuestro museo de la otra forma. Tampoco podemos prescindir de las redes sociales, por medio de las cuales también satisfacemos la demanda de un público.

El trabajo continúa en el museo y demanda más compromiso, más esfuerzo, con el fin de cautivar a un público que cada vez exige más dinamismo, más interactividad en un tiempo en el que nosotros no hemos evolucionado a la par de la tecnología. Sumado a ello, estamos nadando contra corriente, mientras el mundo promueve el consumismo que va en desmedro de la naturaleza, nosotros educamos para tomar conciencia de que todos debemos ayudar a tener un mundo sostenible, que implica reducir el consumo de todo, y si no lo hacemos no tendremos un futuro. Creemos que el público menudo puede cambiar y comportarse de una manera más amigable con el ambiente, por ello, las actividades y proyectos los enfocamos, principalmente, en niños y niñas –nuestra esperanza de un mundo mejor.

Jhanira Regalado
Bióloga del Museo de Historia Natural Gustavo Orcés V.

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