Autora:
Jessica Ortega, Mediadora Educativa
Museo de la Ciudad
Fundación Museos de la Ciudad

El Museo de la Ciudad a lo largo de su trayectoria se ha caracterizado por ser un espacio de encuentro, convivencia, trabajo colaborativo y de vínculos con diversas comunidades. En tal sentido, sus actividades han estado encaminadas a generar relaciones sostenidas con cada uno de sus públicos.

A inicios del 2020, la aparición de una pandemia hizo que la situación a nivel mundial cambie en muchos aspectos; aislamiento y cambio de actividades hacia la virtualidad. Estas medidas fueron necesarias para precautelar el bienestar y la salud de los trabajadores del Museo de la Ciudad.

En tal sentido, el museo buscó herramientas y actividades diferentes e innovadoras para mantener su misión y trabajo con sus públicos y comunidades, estableció variadas alternativas enfocadas en la nueva realidad de confinamiento. El equipo de mediación se enfocó en seguir vinculándose con la  comunidad de adultos mayores que forman parte del Proyecto Memorias del Ayer para transitar a este nuevo proceso del mundo virtual.

Durante el aislamiento se estableció conexión con ellos, por medio de llamadas telefónicas semanales; en estas conversaciones cada adulto mayor manifestaba su necesidad de volver a ver a sus compañeros; a partir del mes de mayo, considerando las necesidad de los adultos mayores de volver a verse y con el fin de dar continuidad a los espacios de reuniones semanales determinados antes de la pandemia, se estableció la utilización de la herramienta digital zoom para instaurar un espacio de encuentro semanal.

Se dieron conversaciones previas con cada uno de ellos para conocer su situación con respecto a la utilización de dispositivos digitales con acceso a internet. De los catorce participantes del proyecto, diez mostraron su interés en participar de las reuniones zoom propuestas, ya  que contaban con las herramientas necesarias para hacerlo y los cuatro restantes no disponían de medios para lograrlo, o no tenían un allegado o familiar que pudiera ayudarles a conectarse.

Sabiendo la realidad de cada adulto mayor, se optó por la programación de las reuniones con la previa socialización del protocolo de manejo de la herramienta zoom trabajada con cada uno de ellos a través de llamadas telefónicas o video llamadas por WhatsApp. Es importante mencionar que las reuniones se fueron posibles gracias al aporte de los familiares de los adultos mayores, pero no en todos los casos. Los adultos mayores que viven solos recibieron el apoyo constante de los mediadores a cargo del proyecto, quienes, a través de llamadas telefónicas semanales, repetían el proceso de conexión a las reuniones zoom.

Entre las dificultades encontradas para las conexiones estaban: el activar la cámara, activar y desactivar el audio, seguir el link de conexión, problemas de conectividad  internet, volumen del audio, desorientación en la familiarización de la herramienta. Sin embargo, a pesar de los inconvenientes de conexión, cada reunión semanal se realizó con una planificación previa en la que se trataban temas de vivencias, emociones y líneas cronológicas de la memoria quiteña, así como su estado en el contexto de la pandemia. Con aquellas personas que no podían conectarse a las reuniones semanales, se continuó con una comunicación regular por medio de llamadas telefónicas, y en cada reunión se trasmitían mensajes, saludos y novedades con respecto a los compañeros.

Cada semana de reunión se convirtió en un espacio en el que cada adulto mayor pudo transmitir variadas emociones, sentimientos, expresiones y reflexiones con respecto a sus memorias, convivencias y necesidades actuales; fuimos testigos de alegrías, frustraciones, gratitud, enfado, tristezas y esperanza.

En medio de nuestras reuniones pasamos por un sin número de experiencias, como: talleres, conversatorios, transmisiones en vivo por Facebook live y como no mencionar la despedida a nuestra querida compañera Leticia Hernández, quien a causa de una enfermedad falleció; pudimos compartir su despedida a través de nuestras reuniones zoom y con la participación de llamadas telefónicas con los adultos mayores que no contaban con la posibilidad de conexión a zoom, pero que querían compartir en grupo la despedida de nuestra querida compañera.

Era muy recurrente que cada reunión terminará con la esperanza de un recuentro físico, reencuentro que fue posible gracias a la coordinación del equipo del Museo de la Ciudad; quienes a través de una planificación, gestión de transporte y manteniendo los protocolos de bioseguridad, dieron paso a un reencuentro físico donde se pudo compartir un desayuno de clausura del ciclo anual y la visita al Museo del Carmen Alto.

La presencia de la pandemia marcó un distanciamiento social físico, pero nos abrió oportunidades de conexión a través de los medios virtuales, mismos que hoy son necesarios y muy valiosos para mantener el contacto, trabajo y vínculo con los adultos mayores De allí, la importancia de considerar espacios de diálogo en los que los adultos mayores puedan ser partícipes.